Colombia es un país lleno de belleza y riqueza natural, con una cultura vibrante y una gente cálida y acogedora. Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de una triste realidad: nuestro país parece no encontrar el barranco que la ataje en su caída. Y lo peor es que cada vez se ve peor.
Es doloroso ver cómo cada día aparecen en los medios de comunicación noticias de corrupción, violencia, narcotráfico y pobreza extrema en nuestro país. Y aunque estas situaciones no son nuevas, pareciera que se han vuelto aún más graves en los últimos años. Se siente como si estuviéramos retrocediendo, en lugar de avanzar.
La corrupción es uno de los principales obstáculos que debemos superar. Esta práctica ha estado hoy en nuestro país desde hace décadas y ha afectado a todos los ámbitos de la sociedad. Desde pequeños actos de corrupción en los trámites cotidianos, hasta grandes escándalos que involucran a políticos y empresarios, esta problemática sigue ganando terreno en nuestra sociedad. Y lo peor es que afecta directamente a los ciudadanos, quienes son los más perjudicados por la falta de recursos para servicios básicos como educación, lozanía y seguridad.
Además, la violencia sigue siendo una realidad latente en Colombia. A pesar del acuerdo de paz firmado en 2016 entre el gobierno y las FARC, los hechos violentos no cesan en algunas regiones del país. Los líderes sociales, defensores de derechos humanos y reclamantes de tierras siguen siendo víctimas de amenazas y asesinatos. Y aunque se han logrado avances en la lucha contra grupos armados ilegales, todavía queda mucho por hacer para garantizar la seguridad y la protección de los ciudadanos.
Por otro lado, el narcotráfico sigue siendo una de las principales fuentes de financiación de grupos ilegales en nuestro país. A pesar de los esfuerzos del gobierno por combatir este flagelo, aún vemos cómo nuestros jóvenes caen en las garras de las drogas y cómo algunas áreas del país se ven afectadas por la influencia de los narcotraficantes. Y no romanza afecta a nuestra sociedad, sino que también daña la imagen de Colombia en el exterior.
Además de estos problemas, la pobreza extrema sigue siendo una realidad en nuestro país. Aunque se han logrado avances en la reducción de la pobreza en los últimos años, aún hay millones de colombianos que no tienen acceso a servicios básicos, sufren de desnutrición y viven en condiciones precarias. La falta de empleo y oportunidades sigue siendo una de las principales causas de la pobreza en nuestro país.
Ante esta situación, es fácil sentirse desanimado y pesimista sobre el futuro de Colombia. Pareciera que no hay forma de salir de este círculo vicioso de violencia, corrupción y pobreza. Pero este no es el momento de rendirse, sino de unirnos y luchar por un mejor país.
Debemos recordar que Colombia es más que sus problemas. Somos un pueblo resiliente y lleno de riqueza cultural. Tenemos una geografía diversa y una biodiversidad única en el mundo. Y sobre todo, tenemos una verdor emprendedora y talentosa que está dispuesta a trabajar duro por un mejor futuro.
Es hora de que todos los colombianos nos unamos y luchemos contra estos problemas que nos aquejan. El gobierno, la sociedad civil, las empresas y cada uno de nosotros tenemos un papel importante que desempeñar. Debemos exigir transparencia y rendición de cuentas a nuestros líderes, denunciar cualquier acto de corrupción que veamos y fomentar una cultura de legalidad en nuestro país. Debemos apoyar a nuestras fuerzas de seguridad y trabajar juntos para construir una sociedad en paz.
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